Obesidad segunda causa muerte prematura

La obesidad es la segunda causa de muerte prematura, tras el tabaco.
Es sabido que la primera causa de muerte prematura debida a malos hábitos de vida es el fumar, al margen del consumo drogas “duras” que producen más muertes prematuras que una adicción permitida, como es el tabaco. Sin embargo, la obesidad es la segunda causa de muerte prematura que, a excepción de la obesidades de tipo genético, es debida a una alimentación desequilibrada e hipercalórica, además del sedentarismo.
Acaba de publicarse un trabajo sobre obesidad y muerte realizado conjuntamente en cuatro continentes: «Body-mass index and all-cause mortality: individual-participant-data meta-analysis of 239 prospective studies in four continents«. El trabajo engloba a 10.625.411 personas participantes en 239 estudios prospectivos sobre obesidad y sus consecuencias, con datos de los sistemas nacionales de salud de países de Asia, Nueva Zelanda, Europa, y USA. En el mismo se constata, que si bien el tabaquismo causa una de cada cuatro muertes prematuras (según la medida de cada país), la obesidad es responsable de una de cada siete muertes prematuras. El estudio se refiere a pacientes con obesidad es decir con un IMC =/>30.
La obesidad en todos sus grados está asociada a más mortalidad.
En un importante estudio anterior, del año 2013: «Association of All-Cause Mortality With Overweight and Obesity Using Standard Body Mass Index Categories» se llegó a la misma conclusión. La obesidad en todos sus grados (es decir IMC =/>30) está asociada a más mortalidad. Cuánto más alto el índice, más mortalidad. Por el contrario, las personas con sobrepeso (IMC entre 25-29) tuvieron menos mortalidad que las de IMC normal (20-24). Es decir, las personas que están “un poco llenitas” tienen más longevidad incluso que las de peso convencional.
Esto nos lleva a la importancia del sentido común y a no dejarse llevar por las “modas”. No hay que obsesionarse con el peso y principalmente las mujeres adolescentes no tomar como objetivo de su silueta los estereotipos de modelos anoréxicas.
La obesidad aumenta exponencialmente el riesgo de diabetes, hipertensión y enfermedad cardiovascular, es decir el llamado “síndrome metabólico. Pero simplemente unos kilos de más no perjudican. Ahora bien, cuidado si los kilos de más, están principalmente en la grasa abdominal, y no “repartidos” por todo el cuerpo. Las células grasas del abdomen son altamente productoras de interleuquinas inflamatorias. Por su localización, en una zona con mucha irrigación sanguínea y con estrecho contacto con órganos esenciales para nuestro metabolismo (principalmente el hígado), tienen un importante impacto negativo en la salud, cosa que no ocurre tanto con la grasa de las nalgas.
La Genómica facilita una dieta personalizada.
En el sobrepeso y obesidad inciden directamente los hábitos alimentarios. Es a través de ellos que debemos corregirlos. Pero no todas las dietas sirven igual para todos. Hay alteraciones genéticas que orientan hacia cuál es la alimentación más eficaz para mantener un peso adecuado a nivel individual. La Genómica facilita establecer una dieta personalizada para un adecuado mantenimiento de peso y para conseguir una vida saludable, en función de los genes de cada persona.
Dr. Juan Sabater-Tobella
European Specialist in Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (EC4)
Member of the Pharmacogenomics Research Network
Presidente de Eugenomic®
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