Opiáceos, la otra guerra de Trump

A través de varios blogs he tratado el tema del abuso de los medicamentos opioides, quizás alguno haya pensado que insistía excesivamente en este tema y “que tal vez no era para tanto”.
En el periódico «La Vanguardia» del domingo 27 de agosto, las páginas 3 y 4 al completo, han publicado un extenso artículo con el título que se encabeza este blog. Aporta datos casi diría escalofriantes.
En USA en el año 2015 se contaron 52.000 defunciones por sobredosis de opiáceos y en el 2016 hubo un aumento del 20% y la cifra se situó en los 60.000.
Cifra superior a todas las muertes de soldados de USA a lo largo de toda la guerra de Vietnam.
También señala el artículo que hay fiscales de USA que proponen que se sancione a los laboratorios que los producen. En este caso deben referirse, a la industria farmacéutica que desarrolla fármacos opioides.
El dato verdaderamente alarmante, es que de estas muertes, la mitad son personas drogadictas que consumen heroína, o también medicamentos opioides comprados clandestinamente. Pero la otra mitad de personas, no son drogadictas, sino pacientes que toman fármacos opioides por prescripción médica, con receta.
Pretender cortar el problema sancionando a la industria farmacéutica, me parece por decirlo con suavidad una incorrección. Pues los opioides, al ser especialidades farmacéuticas, quien los prescribe son los médicos y quienes los venden, son las farmacias.
La FDA en el año 2016 ya lanzó una alarma sobre el poco rigor de prescripción de opioides para el dolor, ya que producían adicción y causaban muertes: «FDA announces enhanced warnings for immediate-release opioid pain medications related to risks of misuse, abuse, addiction, overdose and death«.
Conviene recomendar a los médicos que sean muy reticentes a prescribir opioides y sobre todo, como primer medicamento contra el dolor.
Ya hemos mencionado en diversas ocasiones, que es difícil cuantificar el dolor. No tenemos “dolorímetros” para medirlo. Es muy complejo saber exactamente el nivel de percepción del paciente, que permita seleccionar el analgésico más adecuado.
Al paciente se le tiene que advertir que posiblemente deberá olvidar el “dolor cero”.
Se debe iniciar el tratamiento, con analgésicos convencionales. Sabiendo que por ejemplo, para el clásico “dolor de espalda”, ni los opioides ni los antinflamatorios no esteroideos son la solución. Mejor es tratarlos con quiropraxis, gimnasia, comportamiento postural y otros métodos. Hay recomendaciones oficiales que lo indican.
Los opioides para prescripción permanente, solo son justificables para el tratamiento del dolor asociado al cáncer, o casos puntuales de un accidente.
Al tratar el dolor con opioides, difícilmente el paciente aceptará que se le retiren. Cada vez necesitará más dosis para conseguir el mismo efecto, o perseguir el “dolor cero”. Se crea por tanto una adicción, en una persona “no drogadicta”.
Recordar finalmente que los opioides se metabolizan por enzimas del hígado, principalmente CYP2C9, CYP2D6 y CYP3A4. Hay polimorfismos genéticos que van a influir en la rapidez de su eliminación.
Precisamente, por los graves efectos que conlleva una sobredosis, debiera ser obligatorio estudiar los polimorfismos genéticos del paciente antes de prescribirlos. En USA es «highly recommended».
Conocer previamente las variantes genéticas del paciente y las posibles interacciones con otros medicamentos o productos que consume, es la única forma para administrar el medicamento y la dosis adecuada para cada persona.
Las interacciones de medicamentos son el origen de muchos fallos terapeúticos.
Así, un opioide que se metabolice por el CYP2D6, pongamos por caso, el tan prescrito tramadol, si al paciente se le prescribe, por ejemplo, fluoxetina para la depresión (u otros muchos que son inhibidores potentes del CYP2D6) se inhibirá la enzima CYP2D6. En consecuencia, el opioide no se eliminará, produciendo un efecto clínico de sobredosis, que puede llegar a ser mortal, aún recibiendo dosis “según el protocolo”.
Dr. Juan Sabater-Tobella
European Specialist in Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (EC4)
Member of the Pharmacogenomics Research Network
Presidente de EUGENOMIC®
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