Antidiabéticos y dolor en articulaciones
16 de diciembre de 2015
Cuando los pacientes tratados con medicamentos antidiabéticos, que basan su acción en inhibir la DPP-4, (los más utilizados), presentan dolor en las articulaciones, más frecuentemente dolor en rodillas, se recomienda considerar cambiar el antidiabético, por otro de diferente grupo farmacológico, antes que empezar el tratamiento con analgésicos.
Homocisteína, hipertensión y trombosis
13 de septiembre de 2018
La homocisteína es un aminoácido que se forma en nuestro metabolismo, a partir de la metionina, como paso intermedio para la síntesis de cisteína. Tanto la metionina como la cisteína, son muy necesarias para nuestra salud.
Sin embargo, niveles altos de homocisteína son muy perjudiciales, ya que aumentan el riesgo de trombosis y aterosclerosis.
La homocisteína se convierte en metionina por adición de la enzima MTHFR. Esta enzima necesita cofactores y éstos son el ácido fólico y la vitamina B12. Un déficit de estas vitaminas, ocasiona más riesgo de trombosis.
Acenocumarol (Sintrom®) y fracturas óseas
28 de septiembre de 2017
Los pacientes que toman acenocumarol o warfarina, de forma crónica, debieran controlarse por densitometría ósea la densidad de calcio en los huesos. En caso de apreciarse una evolución hacia una osteoporosis significativa, prescribir como alternativa alguno de los nuevos anticoagulantes orales que no son anti-vitamina K (dabigatran, ribaroxaban, apixaban, edoxaban)
Sin embargo, tener en cuenta, que para estos anticoagulantes, aunque la información comercial de los laboratorios dice que “no necesitan análisis de control”, no es que “no se necesiten”, es que no los hay, como control rutinario.
Ajustar la dosis inicial del Sintrom®
7 de enero de 2015
La FDA en el folleto de la warfarina, el más utilizado en USA pero equivalente en todos los aspectos de metabolismo al acenocumarol (Sintrom®), explica de forma muy detallada los motivos para realizar el estudio de polimorfismos de los genes CYP2C9 y VKORC1 para personalizar la dosis, con el fin de evitar las hemorragias que suelen ser frecuentes en los primeros seis meses de iniciar el tratamiento, precisamente por no ajustar la dosis con criterios farmacogenéticos.