Reflujo gastro-esofágico y dieta mediterránea

1 de diciembre de 2017

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Al comer, los alimentos pasan desde la garganta hasta el estómago a través del esófago. Un anillo de fibras musculares en la parte inferior del esófago impide que el alimento deglutido vuelva a subir. Estas fibras musculares se denominan esfínter esofágico inferior.

Cuando este anillo muscular no cierra bien, los contenidos del estómago pueden devolverse hacia el esófago. Esto se denomina reflujo o reflujo gastroesofágico.

Enfermedad por reflujo gastroesofágico es una afección muy frecuente, en la cual los contenidos estomacales vuelven hacia atrás desde el estómago hacia el esófago. Esto puede irritar el esófago y ocasionar acidez gástrica y otros síntomas.
El reflujo puede causar sensación de ardor, disfagia e incluso disfonía (trastorno de la voz). En ocasiones se trata con antiinflamatorios.
A veces el tratamiento debe ser quirúrgico. Sin embargo suele iniciarse un tratamiento farmacológico, en general con inhibidores de la bomba de protones (IBPs: omeprazol, lansoprazol, pantoprazol, rabeprazol, etc.).
También se utilizan inhibidores de la secreción de H2 (entre los más prescritos: ranitidina, famotidina y cimetidina). Si no se resuelve el problema, se realizan endoscopias para evaluar la intervención quirúrgica.

Debe tenerse en cuenta, que la eficacia o toxicidad de estos medicamentos depende de polimorfismos genéticos del paciente, y que a su vez interfieren con otros medicamentos que pueda tomar.

Sin embargo, ya hemos comentado en otros blogs, que los IBPs cuando se prescriben, debe ya programarse su desprescripción, pues a largo plazo tienen muchos efectos secundarios perjudiciales.
Acaba de publicarse un estudio: «A Comparison of Alkaline Water and Mediterranean Diet vs Proton Pump Inhibition for Treatment of Laryngopharyngeal Reflux» que demuestra que aplicar estrictamente una dieta mediterránea y beber habitualmente agua alcalina (pH superior a 8), tiene mejores efectos que tomar IBPs.
A un grupo de 85 pacientes se les prescribió esomeprazol dos veces al día o dexlansoprazol una vez al día. Además no tomar café, té, chocolate, bebidas carbonatadas, alcohol, fritos, y especias picantes.
A su vez adoptar las precauciones habituales de esta patología, como es aconsejable dormir en posición inclinada, dado que es más fácil que se produzca reflujo en la posición de decúbito supino.
A otro grupo de 99 pacientes, no tomaron fármacos. Bebieron como agua habitual, agua alcalina (pH superior a 8) y su alimentación se basó en la dieta mediterránea clásica, suprimiendo los productos antes descritos. Adoptando también las precauciones habituales de esta patología.
El 62,6% de los que solo siguieron una dieta mediterránea más agua alcalina, presentaron una evidente mejoría, respecto al 54,1% de los pacientes que hicieron tratamiento.
Es decir que después de tres meses de tratamiento con IBPs, si el problema no se resuelve, puede ser recomendable cambiar a una dieta mediterránea y agua alcalina. En caso de que siga sin resolverse, habrá que buscar soluciones invasivas.
Adjuntamos un link de una información de la Clínica Mayo (USA) en la que se relacionan medicamentos que pueden agravar los síntomas del reflujo gastroesfágico, interesante para aquellas personas que lo padezcan.

En resumen, ante un reflujo gastroesofágico, no se debe tomar IBPs toda la vida.

Dr. Juan Sabater-Tobella
European Specialist in Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (EC4)
Member of the Pharmacogenomics Research Network

Presidente de EUGENOMIC®
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